Desde
su taburete de madera ve pasar a la gente como forma de vida.
¿Un
limpiabotas en un blog de restaurantes?, se preguntarán. La servilleta del logo
no sólo sirve para limpiarse la boca después de comer. Digamos que tiene
múltiples usos... También anoto en ella cualquier curiosidad que observo. Y
pasan muchas cosas de puertas afuera –o adentro- de las casas de comida. Hoy
les voy a contar lo que pasa en la calle Tuset , una de las más señoriales de la
ciudad.
Se
dice que el oficio de limpiabotas apareció por primera vez en Barcelona en el
año 1844. Además de los limpiabotas ambulantes, existieron salones con butacas
fijas que se ubicaban sobretodo en la Rambla. A finales de los años noventa cerró el
último salón de limpiabotas situado en la Rambla de Catalunya esquina con la calle Valencia y
cuyo propietario Francisco Ariño Sesé era el presidente de la Asociación de
limpiabotas de Barcelona.
Si
paseamos por la calle
Tuset a la altura del restaurante La Bolsa, nos
encontraremos a un singular personaje
que desde las 10 de la mañana y hasta
las 14h o las 15h, dependiendo del trabajo que tenga, se dedica al negro
negocio del betún y la cera.
Quizás en otras cuestiones podamos dudar sobre donde se elabora la mejor
tortilla o la mejor paella, pero en este caso no hay lugar a dudas. Sebastián,
Sebas para clientes y amigos, es el mejor limpiabotas de Barcelona. Este
granadino lleva más de 38 años con un cepillo en la diestra y un trapo en la zurda. Calcula el
número de zapatos que puede haber llegado a limpiar! ¿Más de 100.000?
Sebas, el mejor limpiabotas de Barcelona |
Hombre
de profundas convicciones, simpático, alegre, desempeña su oficio con mucha
pasión.
Desde
luego merece la pena pegarle un “meneo” como dice Sebas a los zapatos; reviven, alargan su duración y, por su brillo,
dan la impresión de que su dueño va a ir a bailar claqué.
El
precio del servicio es ajustado.
Entre
servicio y servicio aprovecha el tiempo para
despachar los encargos.