Llamber
Taberna Gastronómica
c/ Fusina,5
08003 Barcelona
Telf.: 93,319,62,50
TRANSPORTE: L4 Jaume I
BARRIO: EL BORN
HORARIO: Servicio ininterrumpido de cocina de las 13h a las 24h
http://www.llamberbarcelona.com
Hace
unos días estuve cenando en un restaurante del Born con unos amigos. Nos
dirigíamos al lugar de nuestra cita culinaria y pasamos por delante del
“LLamber” (picar, degustar en bable), junto al remodelado Mercat del Born,
rodeado de palacios góticos y renacentistas, modernamente reformados,
transformados, muchos de ellos, en museos. El local nos llamó la atención por
su cuidada y cálida decoración, con altos techos, amplios espacios y una
atmósfera luminosa. Tomaríamos la copa allí.
Taberna Gastronómica Llamber |
Interior Llamber |
Y regresamos. Se trata de un antiguo almacén de frutas que ha respetado
los elementos y características originales. Como restaurante tiene fama. El negocio está regentado por el joven chef asturiano Fran Heras. Joven pero experimentado. Ha pasado
por los mejores locales de la alta restauración y ha trabajado con varias
estrellas Michelín (El Racó d'en Freixa, Els Casals, Jean Luc Figueras, el Bulli,
La Broche de Sergi Arola). Eva Arbonés, jefa de sala, supervisora de la bodega
y autora de la magnífica decoración, es la corresponsable del buen hacer del
lugar.
Tomamos asiento en una de las mesas altas de la entrada, junto a la gran barra que está construida con los bancos de la plaza de toros de Las Arenas. El ambiente era informal, relajado y con buena música. Se notaba que la gente estaba a gusto y el local estaba a tope. Nos atendieron de inmediato. Un tal Alexander, un tipo joven, de origen napolitano que elaboraba los gin-tonics con gran esmero. Por entonces no sabíamos que nos encontrábamos frente a un gran maestro, maestro en el arte de inducir a la gente de bien a experiencias memorables. Vean si no cómo elaboró su Gin Mare.
Gin tonic al ahumado de romero |
En una jarra de cristal puso el hielo, la ginebra y unas ramitas de
romero a las que pegó fuego para, seguidamente, cerrar el recipiente. Dejó que
la ginebra se ahumara unos minutos. Quedamos expectantes. Para que quede claro
que el gin-tonic es pura luz que ha venido a brillar en este antiguo almacén,
Alexander ilumina la copa con un haz de luz procedente de una pequeña
linternita. Y nos ofrece esa luz degustable, que nos llena la boca de viejos
aromas mediterráneos, nos purifica la digestión con la planta de romero y la
mezcla nos ilumina las venas. Ni canela, ni pimienta, ni pepino. El secreto del
gin-tonic es el ahumado de romero.
Si
el gin-tonic es así, y es la guinda del restaurante, ¿qué no será el pulpo
gratinado con queso ahumado de los caseríos de Villaviciosa, el arroz negro con
sepionetas y all i oli, la fondue de parmesano...?
Llamber |